sábado, 11 de agosto de 2012

Dependencia Afectiva


¿A que nos referimos cuando hablamos de dependencia?, estamos acostumbrados a hablar de este termino cuando nos referimos a una persona que esta incapacitada de alguna forma, y que por lo tanto, depende de otra para poder realizar las tareas de su vida cotidiana. También hablamos de dependencia cuando hablamos de personas consumidoras de algún tipo de substancia adictiva. Pero existe otra vertiente más desconocida, que también podemos definir como dependencia, la afectiva, el Mal d’Amore.


¿Qué es la dependencia afectiva?

Hablamos de Dependencia Afectiva cuando existe una adicción a la relación de pareja. Cuando necesitamos ser amados por nuestra pareja de forma incondicional, tenemos miedo a perderla, miedo a no ser queridos, etc., en definitiva, dejamos de ser nosotros mismos. Este tipo de adicción a otra persona, hace que sea muy difícil identificarla, puede confundirse fácilmente con el “amor”, o el “enamoramiento”.


Entonces, ¿Qué tiene de malo?

La dificultad, cuando nos encontramos ante un dependiente afectivo, radica en que habitualmente se suele usar ésta para enmascarar otro tipo de problemática, de forma inconsciente, como por ejemplo:

-          Baja autoestima
-          Intolerancia a la soledad
-          Miedo al abandono, a la separación
-          Dificultad para decir NO, poca asertividad
-          Vida social limitada
-          Sentimientos de miedo, rabia, ira, culpa, etc.

En el mundo de la psicología consideramos que la adicción/ dependencia afectiva es totalmente tóxica cuando existe una incapacidad de renunciar a la pareja cuando debe hacerse.


¿Cuando debe hacerse?

-          Cuando ya no te quieren
-          Cuando la autorrealización se ve anulada/ bloqueada
-          Cuando tus propios principios se ven afectados.



¿Cómo lo reconozco?

Los dependientes afectivos se dedican completamente al otro, buscando exclusivamente su bienestar, sin considerar el propio, dejando poco a poco de existir como personas individuales. Con frecuencia no pueden hacer nada solos, realizando todo tipo de actividades que gusten al otro, y dejando sus preferencias a un lado, negando sus propios deseos, para no separarse de la pareja. S


¿Qué consecuencias tiene?

Este tipo de relación es siempre dañina, se trata de amores obsesivos que con frecuencia pueden asfixiar a la pareja. La persona dependiente al inicio de la relación se caracteriza por la búsqueda del placer en la pareja, se sacrifica de manera voluntaria con la intención de generar un bienestar en el otro al mismo tiempo que renuncia a sus propios intereses. A lo largo de la relación este “sacrificio” se convierte en una desigualdad en la pareja, ya que el dependiente emocional ha invertido tanto esfuerzo en la otra persona que percibe erróneamente que la otra persona le quiere menos. Por otro lado, la otra pareja puede sentirse agobiada, sin aire para poder hacer cosas de forma individual, en el mejor de los casos, en el peor, podemos topar con una pareja dominante que se aproveche de esta situación, y acabe humillando y maltratando a la persona dependiente.

Los dependientes son personas muy sacrificadas y que invierten un gran tiempo y esfuerzo en complacer a sus parejas y gente cercana. A menudo consideran que su felicidad depende de otra persona y actúan bajo  los efectos del miedo pensando que van a ser abandonadas.

Quien sufre Dependencia Afectiva no logra vivir y disfrutar del amor de forma completa, el amor en estos casos asfixia a la persona amada y elimina lentamente lo más valioso del ser humano, la originalidad de ser uno mismo.


Siempre se ha creído que en la pareja ha de haber una unión capaz de convertir dos personas en una sola, nosotros creemos que lo más valioso en la pareja es la independencia de cada uno de sus miembros. En pareja igual que en matemáticas uno más uno suman dos.


Paqui Martín
Psicóloga PsicoEspai

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