El
Trastorno por déficit de atención con Hiperactividad
(TDAH) es un trastorno de la conducta que aparece en la infancia, y
que se suele diagnosticar en torno a los 7 años. En los niños
que han sido diagnosticados con TDAH se observa un incremento en la
actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la
atención en una actividad durante cierto período de
tiempo.
Estos
síntomas suelen causar serios problemas comportamentales en el
ámbito académico, fracaso escolar, dificultades con
su relación en el entorno, con su familia y compañeros
de colegio / amigos, así como también con el
profesorado.
A
menudo escuchamos comentarios de algunos padres, como los siguientes:
- No para quieto, me agota
- No hay manera que se siente cinco minutos seguidos
- La profesora dice que es muy movido, no presta atención en clase
- No podemos ni salir a comer fuera, el comportamiento del niño es insoportable
Entonces,
¿Es mi hijo hiperactivo?
Podría
ser, pero se requiere una evaluación exhaustiva para
diagnosticarlo. Hoy en día se etiqueta a los niños
“movidos” o “inquietos” como hiperactivos con mucha
facilidad. Hemos de tener en cuenta que el TDAH es un trastorno
serio, crónico, y que en ocasiones requiere de tratamiento
farmacológico, así que hay que ser cuidadoso a la hora
de diagnosticar a un niño con este trastorno.
Existen
algunos cuestionarios que nos permiten descartar problemas en este
sentido, como los que se pueden encontrar en los siguientes enlaces:
Si
estos indican un posible problema en este sentido sera indispensable
acudir a un profesional de la psicología para que realice una
evaluación profunda y nos aconseje como proceder.
Cuando
etiquetamos
Como
comentábamos hoy en día el TDAH está en auge, es
frecuente que a un niño movido, que tenga un comportamiento
que no entendemos, que tenga una conducta irregular, en comparación
con los niños de su edad, se le etiquete.
Hemos
de evitar lo máximo posible este hecho y centrarnos en lo que
realmente esta sucediendo. Cuando los niños tienen un
comportamiento “irregular” puede ser la forma en que este está
comunicando que algo no va bien.
¿Que
sucede?
Quizá
en este momento el niño no lo este pasando bien, muchos niños
no saben expresar que les pasa exactamente, no saben ponerle nombre a
la rabia, la tristeza, y se expresan como pueden y/o saben. Así
que hemos de para atención a que sucede:
- Problemas en el entorno inmediato del niño, es frecuente ver comportamientos de este estilo en núcleos familiares que están pasando por un proceso de separación
- Problemas en el colegio, quizá no se siente bien con sus compañeros
- Llamada de atención a los padres
- Carencia de habilidades sociales o competencias básicas en la solución de problemas, etc.
Es
crucial poner mucha atención al entorno, hablar con el
niño/a, permitirle que se exprese, generarle un clima de
confianza, ayudarle y aclararle sus dudas, entenderlo, etc.
¿Que
debemos hacer?
Sea
cual sea el problema del niño es muy importante acudir a un
buen profesional que nos verifique o bien nos de respuestas sobre
nuestras posibles dudas. En muchas ocasiones, solemos poner “
etiquetas” o intentar “ adivinar” que es lo que pasa a nuestros
hijos, pero solemos equivocarnos, ya que no somos objetivos ni
tampoco disponemos de los conocimientos idóneos. El
profesional, tras su evaluación, nos hará un
diagnóstico detallado para aclararnos de si se trata de un
caso de TDAH o bien, por el contrario nos facilitará unas
pautas comportamentales tanto para el niño como para la
familia, que ayuden a mejorar la conducta de éste ,
ajustándose a las necesidades del menor y su entorno más
cercano.
Paqui Martín
Isabel Verdejo
Psicologas de PsicoEspai