Durante la vida no todos son risas y
flores, es habitual pasar por diversos períodos de tristeza, ¿significa eso que
te encuentres en un estado depresivo?, no necesariamente. Estos períodos se
suelen caracterizar por sentir emociones negativas sobre sí mismo, el mundo y
el futuro, habitualmente desencadenados por factores diversos como: una mala
experiencia, un suceso traumático, una interpretación cognitiva distorsionada,
etc. Esto contribuye a una disminución de la actividad y de pensamientos positivos.
Actualmente, dada la situación
social general, la crisis económica, el miedo al futuro, las noticias de los
medios de comunicación, etc., parece que todo y todos sentimos un pesimismo
mayor, digamos que estamos cargados de un poco de tristeza extra por nosotros
mismo o quizás por las personas que nos importan. Es muy común contagiarse por las emociones
del entorno y en la actualidad hay una oleada de emociones negativas que nos
propician unos cambios de humor variables. Pero hemos de tener en cuenta que
hay cosas que se escapan a nuestro control y por lo tanto no podremos influir
sobre ellas, por ejemplo: seguramente poco podremos hacer sobre la creación de
empleo, pero sí que podemos actuar e intervenir sobre cómo nos afecta toda esta
situación en nuestro estado de ánimo y generar nuevos recursos para modificar
nuestro modo de ver las situaciones.
Está claro que si estás pasando por
una situación crítica a nivel económico o a nivel de salud quizá la tristeza está
más que justificada, pero es una emoción que aunque nos ayuda a madurar y
evolucionar, poco más puede hacer por nosotros, así que ¡ACÉPTALA Y DEJALA PASAR!
¿Cómo la acepto y la dejo pasar?
Aunque parezca difícil pasar la
tristeza cuando te enfrentas a una situación complicada se puede conseguir, eso
sí, requiere de un gran esfuerzo y gestión emocional. Es curioso, pero las emociones negativas
tienen la mala costumbre de acomodarse y quedarse una buena temporada con
nosotros, por eso es tan importante aprender a invitarlas a salir, amablemente.
Todos sabemos identificar cuando nos
encontramos ante la tristeza, la apatía, las pocas ganas de hacer cosas, de
hablar con nadie, etc., éstas son
señales inequívocas, así que una buena opción, seria poder mirarte al espejo y decir “Estoy triste, no pasa nada”. Como hemos comentado es una emoción que nos
ayuda a madurar y evolucionar, por lo tanto es necesaria para nosotros y
nuestra adaptación , pero en la medida justa.
¿Entonces qué hago?
1, Identifica de donde procese esa
emoción, cuál es su origen.
2, Busca posibles soluciones, busca
diversas alternativas quizá la primera no funcione, no te rindas, ni te dejes
vencer por los pensamientos negativos que generamos a partir d ella tristeza.
3, Si es algo que no puedo
solucionar, porqué hacerlo no está en mi mano, entonces pregúntate: ¿De qué me
sirve sentirme mal?, ¿Me ayuda sentirme así?, ¿Me es útil para seguir con mi
vida?, etc.
4, Y finalmente, dile adiós.
A veces deshacernos de las emociones
negativas es duro y complicado, si es tú caso, busca ayuda, alguien que te
pueda echar una mano, si es posible un profesional especializado que te
entenderá y te guiará para conseguir pasar página.
Pequeños trucos
Durante este proceso puedes probar
pequeños ejercicios para decirla adiós a la tristeza como por ejemplo:
- Pensar
en todas las cosas positivas que has experimentado.
- Escribir
una carta de despedida a tu tristeza, diciéndole adiós y deseándole lo mejor.
- Hacer
cosas que te gusten mucho.
- Evitar
la oleada de pensamientos catastrofistas y distorsionados.
- Etc.
Recuerda: la tristeza y las
emociones negativas en general son períodos (emociones, me gusta más que
periodos) en nuestra vida que nos ayudan a adaptarnos al entorno y a
evolucionar personalmente, pero han de ser temporales. Si observas que tu mismo o alguien de tu
alrededor está sufriendo durante un período de tiempo que se alarga demasiado
quizá necesite un poco de ayuda.
Aquí estamos para ayudarte.
“Buscar la felicidad
es sólo otro pretexto para ser aún más infelices... “